POEMAS, RESEÑAS DE LIBROS DE POESÍA, TRADUCCIONES, HAIKU.

sábado, 29 de diciembre de 2012

FIEBRE ONÍRICA


Álvaro Sarró publica, en cuidada autoedición, Fiebre oníricauna más que interesante colección de textos breves de diversa temática, en la que abunda el relato urbano.
De inmediato, entre escenas de violencia, sexo, alcohol, resacas y crisis existenciales, se aprecia un conocimiento y un interés sobresalientes de y por la literatura más clásica y más vanguardista: realismo, novela negra, tremendismo, enumeraciones caóticas con forma de poemas,  experimentación, microrrelato, y más.
A destacar el cuidado y preocupación estética, y alguna incursión en la metaliteratura, como el texto de la página 110, que, con permiso del autor, transcribimos:





EL PROCESO DE LA ESCRITURA


La libreta de tapas azules descansa sobre la mesa. El anciano se acaricia el rostro. Barba de varios días y costras de antiguos tajos. No resulta fácil deslizar la cuchilla sobre un pellejo moribundo. Ahora bebe un largo trago de mosto. Sus ojos relucen, húmedos y cansados. Me analizan. Cuando habla, las palabras brotan resecan.
            »Redactar una frase con absoluta corrección gramatical está al alcance de cualquiera. Sacar jugo a las palabras o transmitir emociones primarias a través del orden y el estilo resulta mucho más complicado. Pero lo verdaderamente peliagudo es encontrar imágenes nuevas e impolutas, temáticas que nadie haya reflejado, escenas visionadas a través de un nuevo prisma. A un nuevo escritor hay que evaluarlo por su inventiva, su creatividad, su imaginación, su capacidad para remover las entrañas del lector.
            »Así que, cuando escribas –si es que escribes-, olvida las leyes gramaticales. Déjate ir. Lo primordial es que la información fluya. Así lograrás expresar lo intangible. El color del parque bajo la luz del crepúsculo. O qué evocan exactamente los rayos del sol cuando se filtran por una ventana plagada de cercos de polvo y gotas de lluvia.
            »Recuerda que se escribe mejor con el trasero incómodo, así que no te relajes. Y si te rugen las tripas durante el proceso, alégrate. La concentración te habrá hecho olvidar la comida, el desayuno o la cena, o quizá todo a la vez. Eso significa que estarás en ruta. Habrás logrado lo más difícil…
            »También debes olvidar esas metáforas gastadas que algunos emplean para definir la escritura. Escribir bien equivale a reventarse un grano enorme. Es un vicio, una necesidad inexcusable. Requiere concentración. Frunces el ceño. Aprietas los dientes. Nunca llegas a sentirte del todo limpio por dentro. Nunca dejas de sentir ese placer. O se bloquea, o fluye. A veces, duele…»
            Fuera anocheció hace tiempo. He de volver, mamá se habrá enfadado. El viejo agita su huesuda mano antes de terminar.
            «… y siempre deja marca,
            y la marca es para siempre. »

sábado, 15 de diciembre de 2012

domingo, 2 de diciembre de 2012

FESTIVAL FRACTAL 2012. FOTOPOEMA "EL MOMENTO"

                             
      Termina el periodo de exposiciones del Festival de Poesía Fractal, y con ellas, la edición 2012. Esta mañana, Carmina García y Manuela Martínez, junto con Ramón Peco, recogían del Museo de Albacete las muestras de poesía objetual, antología de la revista Lalata, y las de la exposición de poesía visual. En breve, se recogerán también los fotopoemas y las esculturas.

 Esta fotografía de Javier de la Fuente, propuesta por Matías Clemente,



Madrid, luz. Javier de la Fuente, 2011.
 

me sugirió el poema El Momento, transcrito a continuación, con el que participamos en la muestra de fotopoesía.                       




EL MOMENTO

¿Qué necesitas más para saber
que no es ésta tu vida?
                                               ¿Qué más para
olvidar cuanto has aprendido?
                                                              ¿Qué
para dejarlo todo y empezar
de nuevo?
                        ¿Cuánto tiempo te hará falta
para olvidar tus últimos recuerdos,
e ignorar el temprano
diálogo de sombras que cada
mañana se repite en tu desvelo?

Hoy, trémulo y sobrecogido,
mientras lo piensas, vienes solo al lugar de siempre
a enjugar el dolor de la costumbre,
a saber si las cosas pueden ser
de otra manera,
                                   a conocer el curso
de las horas que, en nuestra ausencia, pasan,
a, cuando ya no espera el alma
su inútil trascendencia,
conocer el momento de la luz.

domingo, 25 de noviembre de 2012

PARA SUSANA BENET

hojas de plátano
cubren toda la acera.
sol de domingo



Instantes antes de la presentación de su libro de haikus, Huellas de escarabajo (La Veleta, 2011), el pasado jueves, 22 de noviembre, me preguntaba Susana Benet por qué distanciaba tanto las entradas de este blog. Como respuesta, le di, tras mi agradecimiento, las excusas habituales. A mí también me gustaría. Hoy le doy estos versos que dudo que respondan al purismo que algunos reclaman para el haiku, pero que al menos tienen la forma, la métrica y la intención de la celebrada estrofa oriental. Occidentalizada, espero.

domingo, 11 de noviembre de 2012

MANUEL PINILLOS IV


Cubierta delantera


Para retomar nuestro pequeño homenaje al poeta aragonés, reproducimos íntegro "Solamente hay dos razas", de su colección de 1966 Viento y marea, acaso su poema más conocido. Ejemplo de aquella poesía social de hace cinco o seis décadas que teníamos algo olvidada. Las circunstancias actuales quizá le devuelvan una vigencia que su autor posiblemente nunca deseó.









SOLAMENTE HAY DOS RAZAS


Solamente hay dos razas; yo soy de la de abajo, que es de arriba.
Sólo hay dos razas, y el mundo, pasando como un río, en medio.
Todos deberían saber su filiación tan separada.
No es cosa de naciones, de esa piel de colores diferentes, de política o dólares.

Sólo hay dos razas, dos especies, dos caminos que marcan las rutas de la tierra.
Y en una estamos los que vemos la vida clara y tersa, sencilla y repartida.
Y en otra están los de la vida oscura y el hambre de dominio.
La superior, los nuestros, mis mejores amigos, tan de abajo en el tiempo,
amamos el calor de la sangre, la paz de afuera, la libertad, el gozo de existir a la intemperie.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        
Los otros, los gastados, imponen el terror, las sombras, el hierro, la aspereza,
y no se hallan a gusto si no tiran allí nuestro despojo irrestañable.
Y qué sarcasmo: estamos, los de arriba, debajo de sus plantas manchadas,
y tienen los de abajo, allá encima, fuerzas increíbles y
nos quitan el sueño y la existencia.

Debíais de saberlo, es para no creer lo que se toca.
El cuerpo de la tierra está más hecho, está enfermo.
Una horrible joroba de pus y de excremento lo malforma y lo vence.

Y estas dos razas, la luminosa y pura,
y la que se retuerce de furor y de astucia,
vamos alimentando de luz torcida el canto de los meses.
Los sanos, apurando sus cárceles y el luto;
los viscosos, encima, dirigiendo la luz que se entiniebla.

Nosotros, los que nacemos libres, los que adoramos todo lo que es limpio y sereno,
vednos con libertad: exactamente, para hermanarnos en el hombre perdido.
Para correr al mar y allí tirarnos, porque tapa las cosas.
Pero la otra libertad está en presidio, can cadena perpetua.
Porque no somos esos que quisimos, tan alegres, fluyentes y fraternos.
Los que cuidan sus libros, la belleza del agua y una canción silbada entre los dientes.

¿Cuándo, pregunto, cuándo se acabará este error que desordena el alma?
Yo pregunto: ¿Hasta cuándo?
Y no digo ya más. Pues, si dijera lo demás,
los otros, los de abajo de encima,
me quitarían la boca y las palabras para todo.

¡Para todo!; y así, ¿quién habla? ¡Es prudente encerrarse en un callar pensando.
Lo primero es tener la saliva en su sitio, y alentar, y pudrirse poco a poco;
que estar de pie no es algo tan pequeño, se agradece, reímos; ¡muchas gracias por dejarnos                                                                                                                               [viviendo!

Ya me alejo, perdonen esta niebla que he dicho.
Sin querer, por sorpresa. Que a veces se le salen a uno las letras de algún nombre,
como el tapón de una botella que se derrama y parece que es llanto.

domingo, 28 de octubre de 2012

ROGER WOLFE. 5 POETAS EN OTOÑO. Humanidades, Albacete, 25/10/2012.





El jueves, 25 de octubre, tuvo lugar la tercera de las cinco jornadas del Ciclo 5 Poetas en Otoño de esta temporada. El poeta inglés en español Roger Wolfe vino a leer sus últimos poemas, la mayoría todavía inéditos en libro, e intencionadamente imprimidos en papel reciclado. En su opinión, son sus poemas de siempre, los que, desde hace ya dos décadas le merecieron la etiqueta de impulsor de un nuevo realismo en nuestra literatura. Lo que escuchamos fue, sobre todo, una lección de poesía bien leída en público.

Os dejamos con el primer poema que leyó, que quizá dé nombre a su nuevo libro: según nos dijo tras la lectura, uno de los títulos que baraja es Deseo de ser perro y otros poemas, título, como él reconocía, muy de la cultura anglosajona.


DESEO DE SER PERRO

Ser perro.
Tener un dueño bueno.
Ir en coche y asomar
la cabeza por la ventanilla,
y olisquear el mundo.
Correr entre los árboles
en busca de de piedras y de palos.
Enroscarse junto al fuego
en lentas tardes de invierno
soñando con praderas
bañadas por el sol
y batidas por el viento.


Tras la lectura, con Valentín Carcelén, presentador del acto.



Con poetas de Albacete. De izquierda a derecha: Andrés García Cerdán, Cruz Campayo, Valentín Carcelén, Roger Wolfe, Pedro Gascón, Antonio Rodríguez y Javier Lorenzo. Sentados: Rubén Martín y Arturo Tendero.



jueves, 18 de octubre de 2012

HA MUERTO JOSÉ LUIS PARRA

Acabo de enterarme por medio del blog de Susana Benet, su compañera de muchos años. Hace más de un año, dediqué la segunda entrada de este blog a José Luis y a su libro De La Frontera:



Lamento con gran dolor su desaparición. Me habría gustado despedirme de él con un abrazo. Nos quedan sus poemas y el recuerdo gratísimo de las visitas, siempre con lectura poética, que nos regaló en los últimos años -memorable el último recital, celebrado en el Museo de Albacete, dentro del ciclo 5 Poetas en Otoño. Seguiré reivindicando su obra poética como una de las más sobresalientes de las últimas décadas en nuestro país.

martes, 28 de agosto de 2012

MANUEL PINILLOS III


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Del libro Lugar de origen, publicado en 1965, por la Institución “Fernando el Católico”  (C.E.S.I.C.), es este poema. Curiosa, dolorosa, inquietante visión de la juventud de aquellos años. ¿Es tan distinta esa visión de la que se tiene hoy de nuestros jóvenes?, ¿son ellos, fuimos nosotros tan distintos?









LOS NUEVOS ADOLESCENTES


Los nuevos, ya tan viejos,
adolescentes que se desperdigan
en el poniente de su amanecer,
como bandadas de pequeños grajos,
y chillan, nos aturden
-oh, desgraciado encuentro, tan ruidoso-
en el momento del ya oscurecerse,
y nos dejan perdidos de voces que se caen
y de silbidos y de no estar creyendo
que un algo, antiguo como el alba,
pueda salvarse en otro tiempo suyo venidero.

En bandas, apoyándose
En el grupo, en el número, chillando,
Pájaros negros, crías insolventes,
vacíos de verdad y casi ciegos,
mirando la ciudad como botín,
estúpidos, rodantes y salvajes
cual una enorme bola de rumor,
entre el candor y la insolencia,
hacia un confuso norte van;
se remansan un poco entre los bares,
reman allá en cerveza occidental
para nórdicos, blandos marineros,
y queman la briosa juventud
en un llamear de sordo incendio
que no sabe salir, que se diluye
en un girar, correr, brotar
hacia horas insulsas que se apagan
-tras tanto fragoroso deslizarse
y requemarse en el vacío-.

Ayer mismo –era ayer,
cuando la vida estaba contenida,
y pacíficamente estrenaba su vestido
de crepúsculos lentos, gozadores-,
otros adolescentes respiraban
aroma de crecer, pero impeliendo
un ansia de hombrearse, de algún día
campanillear la atmósfera terráquea
con su júbilo echando el ancla.

Ya no; son sólo ruido, son catástrofe,
puro guiñol y trama de romperse:
en astillados ríos de desechos,
en desperdicios y batallas de barrio,
que nada de raíz entrelazan.
No quieren suceder, no tienen puerto,
y no buscan ninguna perspectiva.
Sencillamente  irrumpen.
Están como muñecos de la tierra,
empujados por ondas de desgracia,
rojos como muñones.
Los inseguros, los vencidos
brotes de la mejor etapa,
y donde las generaciones últimas
dejan un hueco cadavérico.

Habrá que construirlos, darles un poco de trabajo,
mostrarles la canción, y el pábilo.
Decirles que la vida ocurre
y es oro que destila y tiene andar;
ponerles el camino y el cansancio más sano,
aquel que está al volver del amor que ha tenido;
de la lucha que iba a su riesgo,
de la casa habitable,
de los años que dejan un poso de nido, una estrella.

domingo, 19 de agosto de 2012

MANUEL PINILLOS II


MANUEL PINILLOS...


En una entrada del pasado mes de marzo, presentábamos el impagable trabajo de Mª Pilar Martínez Barca sobre Manuel Pinillos, a la vez que recordábamos al poeta aragonés, y anticipábamos que le dedicaríamos más páginas.
En esta segunda entrega, reproducimos dos poemas. los números 9 y 11 de su colección Aún queda sol en los veranos, de 1962. Poemas y título muy apropiados para estos días. 



9

Bajo al jardín. Modesto silencioso
jardín de plantas pobres.
¡Pero qué millonada de sonidos,
de aromas y de voces!
El agua de la acequia más cercana
lleva un barco de flores.
Y el crepúsculo próximo respira
con brío de aéreos bosques.

Yo, que estaba leyendo alguna carta
de noticias salobres,
y tenía guardada una revista
llena de versos miopes,
los he tirado entre la enredadera
y sonreído entonces,
y  me he inclinado hasta una flor sencilla
y he besado sus bordes,
el perfume tan hondo y enigmático,
su resplandor informe:
mayor que el negro caos que se inicie
cuando explote la noche.


11

Cada hora en que el calor aprieta
me refugio en el cuarto de los libros.
En un despacho de calmosa traza,
de un ropaje benedictino.
Entre las manos acaricio un tomo
de reposado leer antiguo,
y alguna tarde más apaciguada
me viene a visitar un niño.
Cierro las páginas fragantes
-Quijotes, Lazarillos…-
y me miro con algo de tristeza
vuelto de los caminos.
Mas me hundo en la lectura nuevamente.
¡Este soy tan distinto!
Con lo bueno y lo malo ya a la vista.
¡Duerme tú entre los cien caminos
que no han ido a ninguno deseado,
eterno y olvidado niño!

sábado, 21 de julio de 2012

LEJOS

Del libro Carmina, de Andrés García Cerdán, ganador del XXVI Certamen Internacional de Poesía Barcarola, reproducimos, con permiso del autor, este magnífico poema que habla de viajes y de libros, de preferencias literarias y trayectorias vitales, y evoca a Borges y a la preocupación noventayochesca por España:




                                 LEJOS

                                      Antonio Rodríguez y José Antonio Ramírez

Vuelves ahora al libro y al momento en que abriste,
entre desorden y ambición, el fruto del tiempo
que sólo existe en la lectura. Viajas a muerte.
Viajas hacia el fondo de ti mismo, y lo haces
ganando en un instante lo que pierdes después.
En una estación y otra apenas quedan
las países que el tren de este poema ha escrito,
los santuarios donde depuso su coraza
un héroe, las palabras que fueron el deseo
de amar una ciudad y luego abandonarla.
Lees en el silencio intenso de un vagón
sin rumbo y a tu encuentro viene la voz total
de aquellas estaciones donde fuiste feliz:

el velo de la reina Mab y su luz de sueños
en el acto primero de Romeo y Julieta,
de las manos de un Willliam Shakespeare demoledor;
la idea mágica de Dylan Thomas: alzar
hasta más allá de la muerte una columna
viva, donde el dominio de la muerte acabe
muerto, la travesía transiberiana de Blaise
Cendrars, que apura la nieve en su viaje
al este de todas las tierras, todos los mares;
el desencanto erótico de Anaïs, que peina
sus cabellos ante un espejo, vuelve a mirar
su rostro y sólo halla la nostalgia de un dios
parisino al que llamaremos Henry; la herida
descomunal que Don Quijote clava en los ojos
de lo real, que ya nunca será lo que era;
el regreso de Modigliani y Jeanne a un cuartucho
que los espera ardiendo -como un sol de verano-
entre pinturas, elegancia y vasos de vino
y dolor y desdicha y sangre; el deliriio azul
de Jean Michel Basquiat, que duerme en Central Park
entre cartones, discos, caballos y graffities,
y se pierde como una burbuja en una copa
por la boca negra del metro, siempre downtown;
la canción de Anne Sexton, la sed de Massachusetts,
que desea morir en los brazos del gas -
cualquier día de estos- y que habla con ángeles;
el silencio en una película de los Cohen
y después la devastación y el ruido del odio;
el fatum de Lou Reed, dormido en la película
de Warhol, y su larga noche de terciopelo
en la otra orilla; el salto a los andenes helados,
al mundo de la ofensa y la ignominia, al raíl
desencajado de Dostoievsky, el jugador;
ese tránsito absurdo y salvaje de Machado
cuando llora cantando su balada del tren,
la tos ferina y la esperanza de otra vida
mejor, lejos, muy lejos de España y su indecencia.

sábado, 12 de mayo de 2012

MIRADAS

Presentamos MIRADAS, música y poesía sobre obra pictórica de Benjamín Palencia, en las dependencias de la SGAE de Valencia, el 29 de mayo, a las 19:00 horas



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Con la presencia del Cuarteto de Trompas "Alonso Quijano", intérpretes de la obra; Rafael Pascual Vilaplana, compositor de las suites; Valentín Carcelén, autor de los poemas, y Vicente Zarzo, trompista valenciano de reconocido prestigio mundial.
Estos son los ocho poemas:




AUTORRETRATO

Me pregunto quién soy: ya se agitan las ramas
del árbol que no existe y crece contra el tiempo.
El aire que las mueve, breves tardes de otoño,
es el que respiramos las gentes de mi pueblo.

Yo miro fijamente los ojos que me miran;
más dice una mirada que el mejor de los verbos.
Tomo las frutas verdes, el camino más largo,
y, entre nosotros, la palabra del más viejo.

Sé que no sé quién soy. Uno más de vosotros,
que añora y quiere más lo que tiene más lejos.
Sé que es el mejor día el que aún no ha llegado;
y de todas las voces, la mejor, el silencio.

Me pregunto quién soy. Y diría, después
del sueño y los años que sólo soy lo que veo:
caminos que no acaban, el paso del otoño,
el vaivén de una rama que está agitando el viento.






ALTEA

El lugar es el tiempo.
¿No recordáis ciudades, o trozos de ciudades,
prendidos para siempre a un momento
inolvidable? Una
raya de mar, un ángulo de sombra
vegetal, una habitación ajena
e íntima, ese palmo de soledad
que impone el cielo abierto
o un nocturnal tugurio acogedor
recogen la irrecuperable
pasión de lo vivido en ellos;
y tienen, como única seña de identidad,
la fecha que nuestra memoria
les asigna. Y es sólo así que existen.
Y es así, en esta dispersión
de escenarios y máscaras,
que existimos también nosotros.
Y somos, más allá de la conciencia
del ser, y del estar en cualquier parte,
inventario continuo de jornadas.
En este sucesivo devenir
en que consiste el paso del tedio a la alegría,
de la impaciencia a la aflicción
o del sosiego a la locura
-sin pensar que todo es lo mismo-,
ignoramos que sólo somos
una manera de medir el tiempo.





TRENES

Benjamín Palencia: Estación del Norte (1918)
Hay trenes que parten con salvas y adioses.
Mi pueblo no tiene ni trenes ni adioses.

Venía de lejos un río de asfalto.
Mis pasos primeros no vieron asfalto.

Me quedé esperando el tráfico lento
de la carretera, su tráfico lento.

Las suaves cunetas donde iba creciendo
la eterna espiral de los caracoles.

Llegaron las calles con duras aceras.
Nos gustaba el roce gris de las aceras.

Se oía, de noche, el péndulo oscuro
de grillos llamándose en lo más oscuro.

Pusieron farolas con luz de luciérnaga.
Temblaban, eléctricas, las salamanquesas.

Hay trenes dormidos en sus estaciones.
Mi pueblo no tiene trenes ni estaciones.





BODEGÓN

En un lienzo, el paisaje de la vida:
naturaleza muerta;
al fondo, como una ventana abierta,
la horizontal del mar, casi perdida
en la materia gris de líneas rectas
y cuatro nubes casi perfectas.
    En la pequeña mesa,
un frutero y su sombra desplegada
al pie de un alta copa, alta y gruesa
como torre cilíndrica y anclada
al ángulo contrario al de la mar.
    En la madera se hunden anchas franjas,
como rastros de dedos o pinceles
cargados de materia.
                                  Dibujar
el redondo color de las naranjas,
con la luz de sus pieles;
concretar las escamas del pescado
en un plato, no sé
si sucio o sombreado;
definir una punta de un limón;
algo, una mancha roja –no se ve
bien qué es.
                      Quizá es la vida un bodegón
con las fotografías
que la memoria ordena;
¿qué imágenes, qué días
recordamos?, ¿qué luz los encadena?
    Vivir es recordar nuestra existencia,
nombrar las cosas que nos han pasado
y darles cada vez distintos nombres.
Memoria, inteligencia:
sólo palabras; su significado
depende de los tiempos y los hombres.









LOS DESASTRES DE LA GUERRA


Viven la guerra
Como si fuera
Normal.

En sus miradas
Hay telarañas
De sal.

Viven la vida
En su guarida
Animal.

Entre sus manos,
Escarabajos
De cal.

Viven los días
En la agonía
Del mal.

Sus corazones
Tienen montones
De soledad.



Viven la muerte
Como los peces
Sin mar.

Sólo se asustan
Si alguien les busca
la paz.

Viven del frío,
Como el latido
Del metal.

No tienen sueños.
Son los entierros
Su pan.

Los esqueletos
Cuelgan de un tiempo
Sin edad.










A LAS DESALENTADAS AMAPOLAS
Un recuerdo a Miguel Hernández,
en el centenario de su nacimiento.

Dicen que tú lo viste,
que oíste de su boca
los versos más sinceros,
las mejores estrofas
en poemas redondos
en los que, gota a gota,
desangraba su vida,
su muerte y su memoria.

Dicen que tú escuchaste
su voz, como sonora
luz que alumbra el silencio,
hablar de tantas cosas
-sudor, cárceles, barro,
jornaleros, cebollas-
que antes no se escribían
por vulgares o incómodas.

Dicen que tú lo viste
llorando entre las sombras
la muerte de un amigo,
como sólo se llora
cuando es menos la vida
que el dolor que nos colma.

Tú también, como él,
ponías en tu obra
la sangre de tu tierra,
y esas pequeñas cosas
que importaban poco,
que casi nadie nombra
por insignificantes,
por humildes, por toscas.

Si alguna vez lo vuelves
a ver, en vuestra gloria
particular, recuérdale
que todavía brotan,
entre el verde del campo,
año tras año, rojas
como gotas de sangre
que las espigas mojan,
esas desalentadas ,
eternas amapolas.









LA ALHAMBRA


Aquí, donde no ha sido todavía
robada por el tiempo la belleza
de la piedra, que fue palacio un día
y al siguiente, motivo de tristeza.

Donde es música el agua -y cómo suena
a eternidad, a pérdidas, a nada.
Aquí, bajo esta luz clara y serena,
pongo mi caballete y la mirada.

Y dicen mis pinceles lo que quiero,
y no puedo, expresar con el lenguaje
cuando mis ojos ven tanta hermosura.

No sé qué haría si pudiera, pero
acaso la palabra dé una imagen
que no es la que daría mi pintura.









AUTORRETRATO  CON  PALETA


Aquí estoy, este soy; en mi paleta
estaban ya los ocres de esta ancha
llanura, su amarillo, y una veta
del azul de los cielos de la Mancha.

Los verdes de las vides y arboledas
que van surgiendo junto a los caminos;
los pardos, de lejanas alamedas,
y un rojo profundo, el de nuestros vinos.

Estaban ya también los rojos vivos
de amapolas que adornan los trigales,
y los grises: el gris de los olivos
y el gris de las choperas otoñales.

De vez en cuando, echo atrás la vista
y miro mi pasado. Y a mi mente
vuelven los años en que, más que artista,
quería ser… no sé qué exactamente.

Éste soy, éste he sido: un vagabundo
del arte, acaso nadie, nadie más
que un hombre que salió a pintar el mundo
llevando los colores de Barrax.