POEMAS, RESEÑAS DE LIBROS DE POESÍA, TRADUCCIONES, HAIKU.

domingo, 25 de noviembre de 2012

PARA SUSANA BENET

hojas de plátano
cubren toda la acera.
sol de domingo



Instantes antes de la presentación de su libro de haikus, Huellas de escarabajo (La Veleta, 2011), el pasado jueves, 22 de noviembre, me preguntaba Susana Benet por qué distanciaba tanto las entradas de este blog. Como respuesta, le di, tras mi agradecimiento, las excusas habituales. A mí también me gustaría. Hoy le doy estos versos que dudo que respondan al purismo que algunos reclaman para el haiku, pero que al menos tienen la forma, la métrica y la intención de la celebrada estrofa oriental. Occidentalizada, espero.

domingo, 11 de noviembre de 2012

MANUEL PINILLOS IV


Cubierta delantera


Para retomar nuestro pequeño homenaje al poeta aragonés, reproducimos íntegro "Solamente hay dos razas", de su colección de 1966 Viento y marea, acaso su poema más conocido. Ejemplo de aquella poesía social de hace cinco o seis décadas que teníamos algo olvidada. Las circunstancias actuales quizá le devuelvan una vigencia que su autor posiblemente nunca deseó.









SOLAMENTE HAY DOS RAZAS


Solamente hay dos razas; yo soy de la de abajo, que es de arriba.
Sólo hay dos razas, y el mundo, pasando como un río, en medio.
Todos deberían saber su filiación tan separada.
No es cosa de naciones, de esa piel de colores diferentes, de política o dólares.

Sólo hay dos razas, dos especies, dos caminos que marcan las rutas de la tierra.
Y en una estamos los que vemos la vida clara y tersa, sencilla y repartida.
Y en otra están los de la vida oscura y el hambre de dominio.
La superior, los nuestros, mis mejores amigos, tan de abajo en el tiempo,
amamos el calor de la sangre, la paz de afuera, la libertad, el gozo de existir a la intemperie.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        
Los otros, los gastados, imponen el terror, las sombras, el hierro, la aspereza,
y no se hallan a gusto si no tiran allí nuestro despojo irrestañable.
Y qué sarcasmo: estamos, los de arriba, debajo de sus plantas manchadas,
y tienen los de abajo, allá encima, fuerzas increíbles y
nos quitan el sueño y la existencia.

Debíais de saberlo, es para no creer lo que se toca.
El cuerpo de la tierra está más hecho, está enfermo.
Una horrible joroba de pus y de excremento lo malforma y lo vence.

Y estas dos razas, la luminosa y pura,
y la que se retuerce de furor y de astucia,
vamos alimentando de luz torcida el canto de los meses.
Los sanos, apurando sus cárceles y el luto;
los viscosos, encima, dirigiendo la luz que se entiniebla.

Nosotros, los que nacemos libres, los que adoramos todo lo que es limpio y sereno,
vednos con libertad: exactamente, para hermanarnos en el hombre perdido.
Para correr al mar y allí tirarnos, porque tapa las cosas.
Pero la otra libertad está en presidio, can cadena perpetua.
Porque no somos esos que quisimos, tan alegres, fluyentes y fraternos.
Los que cuidan sus libros, la belleza del agua y una canción silbada entre los dientes.

¿Cuándo, pregunto, cuándo se acabará este error que desordena el alma?
Yo pregunto: ¿Hasta cuándo?
Y no digo ya más. Pues, si dijera lo demás,
los otros, los de abajo de encima,
me quitarían la boca y las palabras para todo.

¡Para todo!; y así, ¿quién habla? ¡Es prudente encerrarse en un callar pensando.
Lo primero es tener la saliva en su sitio, y alentar, y pudrirse poco a poco;
que estar de pie no es algo tan pequeño, se agradece, reímos; ¡muchas gracias por dejarnos                                                                                                                               [viviendo!

Ya me alejo, perdonen esta niebla que he dicho.
Sin querer, por sorpresa. Que a veces se le salen a uno las letras de algún nombre,
como el tapón de una botella que se derrama y parece que es llanto.