Quiero un poema que no diga nada
Y que no hable de nadie, o de
cualquiera;
Que no dé cuenta de la primavera
O la pasión que enciende una mirada.
Y que esté en todas partes, y en
ninguna,
Y que nadie leer ni oír pudiera.
Yo no sé qué poema, o qué quimera
Quiero: perro ladrándole a la luna.
Repudio el son de las caligrafías,
La voz que significa mucho o cuánto,
Y pone límites al infinito.
Temblor del alma, rosa de los días,
Busco, y no sé por qué lo busco tanto,
Un poema que esté en la nada escrito.