Ni la luz ni el descanso
me hacen más vivo -ahora
que llega el buen tiempo- que
estos momentos
de silencio en que conmigo
discuto y discrepo. Ni la luz ni
el solaz.
Una vida es muchas vidas,
y casi nunca vivimos lo bastante
para descubrir todas las
nuestras.
Una vida ni siquiera es tiempo
suficiente para saber quien
somos.
Luego están, además, esas otras
vidas
que también, a su manera, nos
viven
y cuya muerte nos mata más que
la nuestra.
Y aquellas otras en que, en
ocasiones,
las de la desesperación, nos
gustaría
vivir más que en las nuestras.
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